Otra estúpida guerra

Mientras Michael Phelps, cosechaba medalla tras medalla, en el Cáucaso perdían la vida alrededor de dos mil personas, por los enfrentamientos entre Rusia y Georgia, a causa de la ya famosa región de Osetia del Sur, quienes han declarado su independencia a costa de Georgia que no quiere perder este territorio, Georgia para evitar cualquier brote de rebelión separatista inició el despliegue de sus tropas hacia Osetia del Sur, lo que motivo la respuesta militar Rusa, país que también busca soberanía sobre esta codiciada región.

A comienzos de la década del 90, Georgia invadió Osetia del Sur, que había declarado de facto su independencia. Inmediatamente, bajo el auspicio de un tratado internacional, fuerzas de paz rusas acudieron a la región para proteger a los ciudadanos rusos y para detener las agresiones del gobierno central georgiano, con sede en Tbilisi. La paz duro solo una década, ya que otra "revolución” apoyada por la Unión Europea y EE.UU. derrocó pacíficamente, a fines de 2003, al presidente georgiano prorruso Eduard Shevardnadze. En su lugar tomó el poder Mijail Saakashvili enmigo del Kremlin y de la región separatista de Osetia del Sur. Luego de las elecciones parlamentarias de agosto del 2004 de Osetia del Sur, el Gobierno de Saakashvili envió tropas para mantener el control, expulsando al contingente Ruso, por ello la respuesta de estos.

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Irónico que estos países quieran mantener la paz causando miles de muertes en los inofensivos pobladores de esta región, quienes están ajenos a los intereses políticos y económicos de estos dos países que tratan de anexar los hidrocarburos y la situación geográfica privilegiada - se encuentra entre el Mar Caspio y el Mar Negro – de Osetia del Sur por donde podrían pasar oleoductos de la creciente actividad petrolera en el Caspio, que ha crecido en los últimos años por las inversiones de compañías occidentales y chinas.

Así, mientras muchos jóvenes atletas alcanzan la gloria con sus merecidas medallas, muchas familias han quedado destruidas por el egoísmo y la estupidez de nuestros gobernantes, cuando entenderán que en una guerra nadie sale victorioso, todos pierden, claro quizá a excepción de los que observan desde sus sillones dorados meditando donde pondrán sus millones  a costa de vidas humanas.